sábado, 24 de noviembre de 2012

Susurro al viento, que cantará a tu oído izquierdo: siente a través de mis ojos.



Mientras el mundo se nos pausaba, habría querido agarrar tu silueta entre mis poros, adentrarme, recorrerte en la sangre, y ahí donde se susurran los más íntimos pensamientos, zafar el nudo que te emergía, para que pudieras, a través de mis ojos, sentir que no éramos peso, que no se rompen reglas en un clan inexistente. 

Los gemidos de la habitación contigua, apresurados, profundos, gozosos, resonaban en nuestros espejos, una vez, dos veces, tres. El aliento ajeno rompía tu silencio a gritos. Y yo, yo me concentraba en recrear a través de mis ojos: tu dedo en mi ombligo, mi dedo en tu espalda, los miembros afortunados y laxos -cobijando mis costillas, aguardando tu cabello-. Para que pudieras vernos,
                ¡para que pudieras vernos!  

Predeterminación –encuentro- azar.  Por cualquiera de ellos, otra vez te sujetaría entre mis piernas. 

Es inevitable:
como cortar eucaliptos y sembrar nativos.
como el fresco que atraviesa una bocanada de neblina. 

Ven, enciende la luz y déjame verte desnudo (que no ha sido ligera la…primavera).